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El atrio de entrada al hotel tiene una gran claraboya por donde entra la luz. Pepe Herrera, que lo diseñó en 1999 revistió las paredes en un verde que recuerda al mar. Para el suelo mármoles relajantes. Paredes claras en las habitaciones para reflejar la luz que entra por las terrazas, que tienen todas las habitaciones, la mayoría con vistas al mar.

Playa, piscina y jardín para tomar el sol, todo al lado. Puedes hacer vida en bañador y sólo arreglarte un poquito para bajar a cenar en el restaurante, otro placer añadido. Contamos con suites, para los que quieran todas las comodidades y más amplitud e incluso una casa para los que acudan en familia, con dos habitaciones, además de la principal.